El alumbrado público es el servicio consistente en la
iluminación de vías, parques y espacios
públicos de libre circulación, con el objeto de proporcionar la visibilidad
adecuada para el normal desarrollo de las actividades.
El elemento de iluminación pública por excelencia es la luminaria que, además de la propia
lámpara, comprende el conjunto de dispositivos necesarios para el soporte,
fijación y protección de la misma (carcasa, reflectores. difusores y filtros).
Desde las primeras
antorchas hasta la última tecnología
LED, pasando por las lámparas de aceite
y los faroles de gas, la evolución ha sido asombrosa.
Hagamos un poco de
luz.
Alumbrado
público
Aunque antes del siglo XVI ya era normal que la gente saliera
de noche a la calle con algún tipo de iluminación para poder ver dónde pisaban
y quién les estaba robando, no fue hasta mediados de ese siglo cuando se
colocaron faroles de aceite en las esquinas de las casas.
Las primeras farolas
públicas de gas datan de principios del XIX y requerían de un farolero que, entre
partida y partida de póker, se dedicase a encenderlas y apagarlas.
Entre finales del XIX
y principios del XX, con la invención y perfeccionamiento de la lámpara
incandescente, se hizo cada vez más corriente la sustitución de los sistemas de
alumbrado público de gas por los de
origen eléctrico.
La producción de
luz mediante la acción de una descarga
eléctrica en un tubo relleno de gas dejó de ser un mero experimento y
reportó sus primeros resultados
prácticos con las lámparas de neón, que por su baja eficiencia y colorido
particular quedaron relegadas para el diseño de anuncios.
Con el desarrollo de
la lámpara de alta presión de sodio a mediados del siglo XX, el color de su luz
iluminó de amarillo anaranjado vías y
obras públicas de todo el mundo.
Junto con ella, la lámpara de halogenuros metálicos,
goza de gran difusión porque produce una luz blanca muy confortable a la visión
humana.
Alumbrado
público y notorio
Desde hace unos cuarenta años, coincidiendo más o menos (¡qué
casualidad!) con la fundación de la empresa Forjas Estilo Español y resuelta la vertiente práctica del problema, comenzó a cuidarse cada vez más el aspecto estético
de la iluminación. Incluso la más modesta línea de luces
de la calle más humilde está dotada de un diseño original que embellece
y personaliza el entorno:
Columnas, luminarias, báculos, faroles, reflectores, de carácter
clásico o moderno, resaltan de tal
manera en el paisaje urbano que, sin temor a equivocarnos, podíamos hablar de alumbrado público y notorio.
Alumbrado
público, notorio y eficiente
En la última década, en coincidencia con la política de Forjas Estilo Español, muchos municipios están cambiando su alumbrado tradicional por tecnología
LED.
Este sistema es una
técnica de iluminación que, basada en el fenómeno de la electroluminiscencia,
ofrece múltiples ventajas respecto a otras fuentes de luz:
·
Eficiencia
y ahorro energético.
·
Respeto
al medioambiente.
·
De
duración muy prolongada.
·
Práctica
eliminación de mantenimiento y sustitución.
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después, también en alumbrado público para Ayuntamientos, desde Forjas Estilo
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