martes, 17 de marzo de 2015

Los toboganes en el equipamiento para parques infantiles


Junto con el columpìo, en el equipamiento para parques infantiles de cualquier pueblo o ciudad nunca faltan los toboganes. Ni tampoco los niños aguardando su viaje desde arriba ni los padres preparando la llegada, más abajo.
Porque el tobogán, donde mayor dominio exige de nuestra técnica personal, es en el control final.

El tobogán en el equipamiento para parques infantiles


  Aunque existen otros tipos de toboganes adaptados a mayores alturas y desplazamientos, el modelo básico de tobogán se compone de una rampa deslizante a cuya parte superior se accede mediante una escalera situada en el lado opuesto.
  Si uno se dejar caer desde arriba adquiere cada vez más impulso en su deslizamiento por lo que, al llegar al suelo, hay que saber adoptar una posición adecuada para controlar la frenada. Por eso, en el extremo final, la pendiente de la rampa se relaja quedando casi horizontal para facilitar la maniobra.
Los toboganes del equipamiento para parques infantiles de los más pequeños están diseñados de forna que se minimizan el impulso y la frenada.
Pero, aún así, es importante que nuestros hijos aprendan a frenar a tiempo, a controlar determinados impulsos que los desbocan, cuanto antes mejor.
 

Aprender a controlar el impulso gravitatorio


La técnica de frenado en el tobogán más sencilla consiste en dejarnos agarrar por el adulto que nos aguarda en la parte inferior. Pero, aunque eficaz, con el paso de los años este sistema se vuelve menos seguro al ir aumentando, por el desarrollo corporal, la inercia del niño que pretendemos recoger.
  Como, además, lo mejor para el asentamiento de la personalidad es fomentar su autonomía, tinen que aprender a controlar el movimiento por sí mismos.
  Cuando hablamos de frenar, no nos referimos al denodado esfuerzo que realizan algunas infantes, nada más comenzado el viaje, para no caer y que resulta tan peligroso como la caída descontrolada. Todo se fundamenta  en la posición que adoptamos para anticipar el contacto con el suelo y que, básicamente, consiste en colocar los pies en paralelo, relajarse para mejorar la postura a la hora del contacto y tratar de compensar hacia atrás con nuestro cuerpo, el impulso que nos que obligar a seguir hacia adelante cuanto ya se ha terminado la rampa.
  Nada que no podamos entrenar un par de veces hasta quedarnos con ello.

Aprender a controlar el impulso emocional


  Lo que a veces resulta difícil de verdad es ayudarles con  el enojo, la desilusión, la frustración y el gozo desmedidos, en definitiva, el control de los impulsos emocionales.
  La capacidad de parar y pensar antes de actuar es adquirida por la mayoría de los niños entre los 2 y los 5 años pero, a veces se sobrepasa esta edad sin poseer autocontrol por lo que es necesario que aprendan a luchar contra la impulsividad.
  En general, ello se consigue a base de fijarles unas normas concisas y claras, establecer límites igual de claros, no ceder ante las rabietas y supervisar el comportamiento de nuestros hijos recordándoles como deben comportarse.
Mediante el juego, todo sera más fácil.
  En  Forjas Estilo Español nos preocupan tus hijos.  Y porque queremos que crezcan y se desarrollen sin problemas a través del juego, ponemos todo nuestro cuidado en el diseño y fabricación de nuestro equipamiento para parques infantiles y, por supuesto, de nuestros toboganes
  Forjas Estilo Español. Suéltate y déjate llevar, sin miedo.

  

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