viernes, 19 de diciembre de 2014

De los faroles clásicos a las luminarias modernas: el alumbrado público en el XIX

                     
A lo largo del siglo XIX se efectúa la transición del alumbrado público de gas al eléctrico. Entre ambas soluciones, se van simplificando las soluciones del encendido y mantenimiento del farol a la par que se termina de instaurar, tanto en gobernados como en gobernantes, el convencimiento de que la iluminación de las calles es un servicio prioritario para los habitantes de las poblaciones.
  En España, mientras tanto, las cosas discurrían a su propio ritmo.



Del gas al electrón


  Desde 1807, año en que se utilizó el gas por primera vez para el alumbrado público en Londres, y a pesar del temor que despertaba la seguridad de este sistema entre la gente, esta instalación  de alumbrado  se extendió a muchas ciudades europeas y americanas. Frente a la figura del farolero que iba encendiendo y apagando una a una todas la luces, años después se empezaron a usar dispositivos automáticos de encendido que hicieron mucho más práctico este tipo de lámparas.
  Tras diferentes intentos infructuosos para emplear la electricidad como fuente de energía del alumbrado, no fue hasta 1879 cuando a Edison se le encendió la bombilla que aguantaba   irradiando luz sin fundirse. el tiempo suficiente para que resultara un sistema de iluminación práctico.
  Con sucesivas modificaciones que mejoraron su eficiencia, el alumbrado público eléctrico desplazó definitivamente al de gas con la entrada del siglo XX.

Del resto del mundo a España


  Como en siglos anteriores, las innovaciones tecnológicas que se extendían por Europa llegaban con décadas de retraso a nuestro país pudiendo afirmar con criterio que, en determinadas poblaciones, se pasó directamente de las lámparas de aceite a las luminarias eléctricas aunque la continua expansión del alumbrado público con la convivencia de candilejas con faroles de petróleo y gas.
  Eso sí, la figura del sereno, que comenzó siendo la persona encargada para mantener las candilejas de aceite, acabó perviviendo casi hasta nuestros días involucrada en la seguridad de aquella noche incierta que, en sus orígenes, contribuyeron a iluminar.
   España, en muchísimos aspectos y también en éste del que estamos hablando, lucía diferente.
  

El alumbramiento de una nueva sociedad


  Con la paulatina mejora e implantación de los sistemas de alumbrado se incrementó la seguridad y se alargaron las horas útiles de trabajo y relación social. Una nueva forma de ocupar la calle que terminó derivando  en cambios trascendentales de  la sociedad urbana del XIX.
  Aunque en diferentes contextos y con distintos  objetivos, las sociedades urbanas actuales están sufriendo nuevas transformaciones orientadas hacia el consumo eficiente y sostenible de los recursos, que en alumbrado público se traduce por la implantación de la nueva tecnología LED.
  Reflejo de estas nuevas inquietudes y siempre atento a las demandas de los clientes, Forjas Estilo Español evoluciona de sus faroles clásicos (Villa, Fernandino,...) a las luminarias modernas (Faroles Villa LED, Farol Fernandino LED,...).
  Forjas Estilo Español, tradición y futuro a todas luces.
  


"Más información info@forjasestilo.es"

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